Una bechamel “base” es aquella que empleamos en numerosos platos como salsa de acompañamiento, se utiliza mucho en la cocina italiana para cubrir canelones, lasañas, macarrones, etc., platos que luego vamos a gratinar en el horno.
Con esta salsa se puede elaborar desde una fina crema de verduras hasta las típicas croquetas. Todo dependerá del tipo de espesor que le demos a la masa.
Es importante saber que para que no sepa a crudo la bechamel hay que rehogar la harina con la mantequilla, por lo menos, durante 2 minutos, sin dejar de mover ni dejar que se queme. Y para que no queden grumos, ayuda que la leche esté caliente.
INGREDIENTES:
- 50 grs. de mantequilla.
- ¾ l. de leche.
- 4 cucharadas de harina.
- Nuez moscada rallada.
- Sal.
En una olla no muy grande, ponemos a derretir la mantequilla y, cuando ya la tengamos, se agrega la harina y removemos con una espátula o cuchara de madera.
Cuando empiece a tomar color tostadito, añadimos poco a poco la leche caliente. Trabajamos la salsa con las varillas de batir hasta que quede una salsa fina y sin grumos. Añadimos la sal y la nuez moscada y dejar cocer durante unos 10 ó 15 minutos pero sin dejar que llegue a hervir.
Si nos queda muy liguera, añadiremos una cucharada de maicena disuelta en un poco de leche. Pero, si por el contrario, ha espesado demasiado, añadiremos un poco más de leche.
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